Centro latinoamaricano da análisis estratégico (Chile)
Vamos a andar, con todas las banderas, trenzadas de manera que no haya soledad. Vamos a andar, para llegar a la vida…” Silvio Rodríguez
Según la mayoría de las encuestas
electorales, el candidato Lula da Silva puede ganar en la primera vuelta
electoral del próximo domingo 2 de octubre. Sin embargo, todavía no se disipa
del todo la amenaza golpista divulgada por Bolsonaro en sus últimos mítines y
apariciones en público.
En su breve estadía en Londres, el
excapitán declaró que, si no gana en el primer turno con el 60 por ciento de
los votos, será debido a que se va a cometer un fraude electoral que deberá ser
rechazado inmediatamente por sus huestes.
Por lo tanto, advierte a sus seguidores para estar atentos ante una eventual derrota y no reconocer el triunfo de Lula. Con ello se buscará crear un clima de caos y violencia en el país que pueda generar una situación de inestabilidad que amerite la intervención de las Fuerzas Armadas que, utilizando el argumento de restituir el orden, determine finalmente anular las elecciones y sacramentar la continuidad del candidato de la situación.
Es una jugada desesperada y aparentemente
descabellada, aunque plausible. El tema es si las Fuerzas Armadas estarán
dispuestas a endosar esta salida golpista para mantener a Bolsonaro en el poder
a través del recurso de las armas y la represión. Informaciones recabadas desde
los círculos militares llevan a suponer que este escenario es rechazado entre
los representantes del alto comando, aunque no a nivel de los mandos medios
(coroneles, capitanes y tenientes), aquellos que tienen una relación directa
con la tropa.
Durante el gobierno Bolsonaro, las Fuerzas
Armadas han tenido un trato privilegiado en la estructura de poder, en donde
más de 6 mil efectivos vienen participando en las tareas de gestión y
administración del ejecutivo, ocupando inclusive más puestos que en la época de
la dictadura militar entre 1964 y 1985. La mayoría de ellos reciben un doble
salario, como militares en activa y como funcionarios, lo cual ha llevado a
muchos uniformados de alta graduación a obtener cifras exorbitantes por las
tareas que desempeñan.
Empero, las Fuerzas Armadas como un todo
deben evaluar las consecuencias de sumarse a una intentona golpista en un
escenario cada vez más hostil a los arrestos autoritarios del ex capitán. En el
plano interno, se viene construyendo un amplio pacto en Defensa de la
Democracia y de las instituciones del Estado, como ya apuntamos en una columna
anterior (1).
Por su parte, la Comunidad Internacional
también se ha manifestado en reiteras ocasiones sobre la importancia de
respetar los resultados de las urnas, alertando sobre posibles sanciones
políticas y comerciales si el actual gobierno insiste en perpetuarse en el
poder contra viento y marea. Ya se encuentran en el país más de un centenar de
especialistas de diversas entidades hemisféricas e internacionales que se
dedicarán a monitorear la transparencia y veracidad del resultado de las urnas.
Entre la aprensión y la
esperanza
Nunca será exhaustivo insistir en que la
presente coyuntura que vive Brasil implica la definición de una dramática
encrucijada entre escoger la democracia o el autoritarismo, entre un proyecto
de desarrollo que busca consolidar los principios de una convivencia pacífica
en un contexto de tolerancia y pluralismo o lanzarse por el oscurantismo que
representan las fuerzas de la ultraderecha neofascista que pretenden extenderse
por otros cuatro años para continuar desmontando el Estado Democrático de
Derecho.
Esto último con la consecuente destrucción
de las políticas públicas de inclusión social, la ausencia de acciones para
resolver el aumento del hambre y la miseria, la inobservancia de regulaciones
que pongan freno a la devastación ambiental, la desmedida violencia policial
que ha provocado innumerables masacres en los territorios más empobrecidos y un
largo etcétera de retrocesos en todos los ámbitos de la vida nacional.
El modelo fascista que le ofrece Bolsonaro
a la nación brasileña es más odio, más terror, más discriminación, más
prejuicio y más destrucción. Su propuesta de seguir liberando la venta de armas
y municiones parece que tiene el propósito de que los ciudadanos se maten entre
ellos, para que finalmente los habitantes de Brasil acaben en una “guerra de
todos contra todos”, restaurando en pleno siglo XXI el estado de naturaleza
hobbesiano.
Colocados ante en este dilema
civilizatorio, un amplio espectro de fuerzas democráticas se ha unido en torno
a la candidatura del ex mandatario Lula da Silva, como lo demuestra la reciente
reunión de ex candidatos a la presidencia que logró reunir desde el principal
dirigente del Movimiento de los Trabajadores sin Techo, Guilherme
En ese encuentro, el espíritu de unidad se
expresaba en la obtención de un triunfo en primera vuelta para evitar los
riesgos de una confrontación sangrienta en las cuatro semanas que separan ambos
eventos electorales.
Tal como señaló el profesor Cristovam
Buarque “Precisamos evitar de cualquier forma un segundo turno, pues será una
tragedia prolongar este proceso hasta el fin de octubre. Serán cuatro semanas
imprevisibles desde el punto vista de la violencia en las calles, de fake news para todos los
lados”. O en palabras de Luciana Genro, ex candidata a la presidencia en 2014
por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL): “Lo que nos convoca aquí, en
verdad, es un frente antifascista. Estamos en la inminencia de un retroceso aún
mayor si Bolsonaro fuera reelecto”.
A pesar de todas los solicitudes e
interpelaciones, el candidato Ciro Gomes (PDT) dice que se mantendrá en la
corrida electoral, apartándose de cualquier posibilidad de integrar este Frente
Amplio que sigue creciendo en torno a la figura del ex presidente Lula. Sin
duda, la arrogancia y el narcisismo de Ciro Gomes le significarán un enorme
costo que deberá comprometer seriamente el devenir político de su figura y de
su proyecto.
Por otro lado, aun en el caso de que Lula
triunfe en primera vuelta se imponen algunas consideraciones para ahuyentar el
riesgo de que su victoria sea contestada o boicoteada hasta el 1 de enero de
2023, fecha en que asume el mandatario electo.
Eso significa que este Frente Amplio no se
debe acotar solamente a asegurar el triunfo en primera vuelta, sino que debe
transformarse en un pacto indisoluble en defensa de la democracia,
independiente de los eventuales ajustes de gobernabilidad que puedan surgir en
un bloque político de vasto espectro, como el que se viene configurando en
estos días.
A ello hay que sumar todas las turbulencias
que se visualizan en el escenario internacional, con la disparada del precio de
los combustibles fósiles, de los cereales y de otros commodities indispensables
para establecer las bases de una seguridad alimentaria estable y permanente en
el país.
Para sacar nuevamente a Brasil del Mapa del
Hambre, va a ser necesario emprender un gran acuerdo con los agentes económicos
y con los grupos fisiológicos del Centrao enquistados
en un Congreso que cuenta hasta la fecha con un “presupuesto secreto”
descomunal que le ha sido concedido por el actual Jefe del Ejecutivo como
moneda de cambio para apoyar su reelección.
De esta manera, es imprescindible que Lula sea
capaz de acumular una fuerza política y ciudadana multitudinaria que le permita
superar los obstáculos que se le presentarán ya en los primeros meses de
gobierno, haciendo uso de todo su carisma y competencia negociadora,
reorganizando además un apoyo popular activo en torno de su gobierno, un
gobierno que, dicho sea, ya no será exclusivamente del Partido de los
Trabajadores.
Contará a su favor con una población
movilizada para combatir y extirpar los resabios del fascismo heredados de
estos cuatro años de miseria, desgracia y muerte, de este periodo funesto en la
historia de Brasil.
Notas
1.-
https://estrategia.la/2022/08/02/se-inicia-un-nuevo-ciclo-de-movilizaciones-contra-bolsonaro/
*Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog
Socialismo y Democracia. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis
Estratégico (CLAE)
Tudo conversa fiada, esse esquerdista tinha que comentar a situação dos opositores na Venezuela, em Cuba e na Nicarágua , que são presos e muitas vezes até mortos sem o processo devido
ResponderExcluirAqui no Brasil nós estamos vivendo algo semelhante partindo da Suprema corte , Que prendem censuram, fecham jornais, multam e cassam todos aqueles que defendem o Presidente
Contam com os aplausos e elogios dessa imprensa vendida de esquerda que optou fazer campanha escancarada por Lula
O povo está de olho, vai cobrar de vocês tudo isso pode ter certeza , o que vocês fizeram com a população na pandemia e agora nas eleições não será esquecido
Vai ter a volta do Cipó de aroeira no lombo de quem mandou dar
Na torcida pro Lula ganhar e pela pacificação do País,a paz está acima de tudo.
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