"En el primer conjunto de ideas, el concepto hegemonía de Gramsci se refiere y connota el sistema de relaciones de consensos y de fuerzas que da vida al binomio dirigente-dirigido, representante-representado, gobernante-gobernado, con base en el cual se organizan los individuos, los grupos y las clases sociales en la sociedad capitalista desarrollada. Cada uno de estos elementos posee formas diversas de expresión. Por un lado, la fuerza corresponde a todas las acciones que se desarrollan sin el consentimiento de los dirigidos, y puede ser física, legal, política, económica e incluso moral. Por su parte, el consenso puede asumir una forma activa y pasiva y también espontánea y organizada, pero en todo caso representa el contenido ético de la hegemonía en la medida en que entraña la aceptación libre, voluntaria y espontánea de la dirección política, producto de la persuasión, el convencimiento, el consentimiento, sustentados en las coincidencias de intereses, de ideas y de prácticas.
Por la variabilidad de las relaciones entre la fuerza y el consenso la hegemonía adquiere tres connotaciones: la político-militar, donde la fuerza juega un papel preponderante; la político-cultural que expresa una articulación de la fuerza y el consenso tendente al equilibrio, y la social, cultural, intelectual, moral o civil en la cual la supremacía la tiene el consenso. Estas tres connotaciones están ligadas a determinados referentes históricos y teóricos que vistos en bloque configuran un sistema conceptual. Así, cuando Gramsci reflexiona sobre las relaciones internacionales de los Estados-nación y de los momentos de crisis políticas que derivan en la conquista-defensa del poder estatal, lo hace privilegiando el componente político-militar. Cuando trata acerca de las cuestiones relativas al Estado orgánico, la crisis de hegemonía y la lucha por la hegemonía, pone en el primer plano sus elementos político-culturales.
Finalmente, al referirse a la conformación y función del bloque social e histórico, del bloque intelectual y moral, del partido político y de los intelectuales, prioriza las relaciones culturales de consenso. Sin embargo, en cada una de estas tres connotaciones del mismo concepto está presente la organicidad de la hegemonía que indica que la fuerza no puede expresarse sin alguna dosis de consenso, y que éste tiene como sustrato a la fuerza. "
Por la variabilidad de las relaciones entre la fuerza y el consenso la hegemonía adquiere tres connotaciones: la político-militar, donde la fuerza juega un papel preponderante; la político-cultural que expresa una articulación de la fuerza y el consenso tendente al equilibrio, y la social, cultural, intelectual, moral o civil en la cual la supremacía la tiene el consenso. Estas tres connotaciones están ligadas a determinados referentes históricos y teóricos que vistos en bloque configuran un sistema conceptual. Así, cuando Gramsci reflexiona sobre las relaciones internacionales de los Estados-nación y de los momentos de crisis políticas que derivan en la conquista-defensa del poder estatal, lo hace privilegiando el componente político-militar. Cuando trata acerca de las cuestiones relativas al Estado orgánico, la crisis de hegemonía y la lucha por la hegemonía, pone en el primer plano sus elementos político-culturales.
Finalmente, al referirse a la conformación y función del bloque social e histórico, del bloque intelectual y moral, del partido político y de los intelectuales, prioriza las relaciones culturales de consenso. Sin embargo, en cada una de estas tres connotaciones del mismo concepto está presente la organicidad de la hegemonía que indica que la fuerza no puede expresarse sin alguna dosis de consenso, y que éste tiene como sustrato a la fuerza. "
(Arcadio Sabido Mendez, no artigo,’Sobre el concepto de hegemonia’, publicado no site Gramsci e o Brasil)
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