Sin entrar en el detalle del complejo
articulado de esta reforma, la mayoría de los especialistas apuntan al hecho de
que el sistema de tributación se tornará menos engorroso para todos los
contribuyentes luego de la integración de los múltiples impuestos que existen
en la actualidad, a nivel Federal, Estadual y Municipal.
Se estima que ello permitirá un repunte de
la economía nacional a mediano plazo, según las previsiones de los economistas.
La reforma también incluye -en una segunda etapa- un aumento de la tasación de
las grandes fortunas y las herencias, con lo cual el Estado espera recaudar más
recursos que podría destinar a las políticas sociales que son indispensables
para incluir a vastos sectores de la población y también para mejorar la
situación laboral y salarial de los trabajadores y trabajadoras.
En un intento desesperado por rechazar la
reforma, Bolsonaro y sus seguidores trataron de asociar su puesta en discusión
con una perspectiva ideológica de izquierda y petista, ignorando al conjunto de
actores políticos, sociales y empresariales que abogaban por su aprobación. Bolsonaro
y la mayoría de sus correligionarios del Partido Liberal optaron por hacer una
oposición al proyecto de reforma motivados casi exclusivamente por su
animadversión al gobierno, restándose del debate político y técnico de la
propuesta a ser votada.
Perdieron desastrosamente y ahora tienen que reponerse de la derrota a través de la negociación política, algo impensable hace algunos pocos meses atrás cuando confiaban en la mera descalificación del adversario (o enemigo) para imponer su agenda ultra liberal en lo económico, autoritaria en lo político y conservadora en el ámbito cultural y comportamental.
Por el contrario, Lula y sus ministros del
área política y económica optaron por negociar con el conjunto de partidos de
oposición moderada o pragmática que integran el Congreso, manteniendo un
diálogo permanente tanto en la Comisión de Finanzas y Tributación de la Cámara
como en otras instancias de debate programático. (1) Este proceso ha
recolocado la importancia de la política en la conducción de las temáticas
esenciales para mejorar la vida de la población, después de años en que una
parte significativa de los habitantes renegó de la política y la transformó en
una especie de ámbito atestado de criminales que quieren usufructuar de los
cofres públicos y de los impuestos de los contribuyentes.
En efecto, los adherentes al excapitán se
han caracterizado por despreciar a la clase política y a las instituciones
republicanas, apostando casi siempre a una salida autoritaria para resolver los
inevitables conflictos surgidos en el seno de la sociedad.
Faltó poco para que esa concepción de país se impusiera por la fuerza de las armas y el despotismo reaccionario
impulsado por Bolsonaro y sus hordas,
cuando en una acción planificada desde la derrota en las urnas, decidieron
invadir las sedes de los Tres Poderes el día 8 de enero a la espera de la
movilización de las Fuerzas Armadas.
Junto a ellas, las diversas Policías y
Milicianos prevenidos y concertados asestaría un Golpe de Estado al recién
instalado gobierno de Lula da Silva que, al decir de los sediciosos, “limpiaría
definitivamente a la patria de esa plaga de comunistas aprovechadores y
corruptos”.(2)
Esta visión que fue montada sobre bases
ideológicas radicales, sin capacidad de dialogar en un ambiente pluralista
-mucho menos de construir cualquier tipo de consenso-, es la que ahora está
siendo superada con el empeño del gobierno de establecer una línea de
interlocución permanente con todos los actores políticos y de la sociedad civil
que estén dispuestos a conversar sobre los diversos planes, programas y
proyectos contemplados en la carta de navegación gubernamental o en temáticas
afines con las acciones impostergables de políticas públicas y sociales que
requiere el país.
Desde que comenzó su vida como
parlamentario en los años noventa, el ex militar Bolsonaro denigró la actividad
política, auto confiriéndose el título de representante del pueblo fuera
del establishment político, renegando de su propio papel como
legislador en el Congreso Nacional por más de treinta años.
Con un discurso simplista y “antipolítico”,
el diputado Jair fue aumentando su influencia entre el electorado,
aprovechándose de la crisis generalizada que fue tomando cuenta del país. Se
presentó como una alternativa a los políticos deshonestos y a los empresarios
inescrupulosos para erigirse en una especie de salvador de la patria ante la
acumulación de desastres y miserias que angustiaban a la población brasileña.
Dicho discurso fue introyectado en
electores cansados y con poca capacidad crítica que vieron en el ex capitán una
salida para sus frustraciones y una solución al vaciamiento y dilapidación de
las arcas fiscales y los recursos nacionales por parte de una “clase de
parásitos” que solo buscaban su beneficio personal. En ese escenario nefasto,
el surgimiento de una persona que se presentaba como “fuera del sistema”
terminó por encandilar a una parcela expresiva del electorado que, renegando
del espacio de la política, lo elevó en 2018 a la condición de primer
mandatario.
A partir de una narrativa plagada de
mentiras y promesas mesiánicas, Bolsonaro fue forjando un proyecto de extrema
derecha que apuntó su batería demoledora contra las instituciones de la
República, el Estado Democrático de Derecho, la izquierda y otros sectores
opositores, las universidades, la prensa y, en definitiva, contra la política
como una pieza fundamental para debatir y resolver los problemas del país.
De esta manera, el protagonismo de la
política regresa como valorización de la disputa legitima para resolver las
discrepancias y las diferentes visiones que se tienen sobre la nación. En ese
sentido, el Ejecutivo brasileño viene apostando en la generación de acuerdos
políticos destinados a aumentar la gobernabilidad e implementar aquellas
políticas públicas que le permitan a la población alcanzar una mejoría en su
calidad de vida. Y por esta vía ir consolidando el aislamiento de la extrema
derecha que, indiscutiblemente, se nutre de las crisis sistémicas y del
malestar acumulado entre los ciudadanos.
Notas
1- La propuesta debe ahora ser discutida en
la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) del Senado para luego pasar a votación
en el Plenario. En caso de ser aprobada sin alteraciones, la Reforma Tributaria
finalmente es promulgada. Se prevé que ello pueda producirse entre octubre o
noviembre del presente año.
2.- En la actualidad, muchos de los
invasores que participaron en estos deplorables eventos de enero se encuentran
detenidos y siendo juzgados por diversos crímenes, como atentar contra el
Estado Democrático de Derecho, invasión de predios públicos y destrucción del
patrimonio nacional. Falta todavía conocer en detalle a quienes instigaron,
diseñaron y financiaron la invasión de los edificios ubicados en la Plaza de
los Tres Poderes en Brasilia.
*Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog Socialismo y Democracia. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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